Aunque la instalación está realizada según las instrucciones de la ficha técnica para resistir las condiciones normales de uso, hay que controlar periódicamente el estado de la tarima, ya que la madera colocada a la intemperie no termina su proceso de acondicionamiento hasta haber transcurrido un ciclo climatológico completo (periodos húmedos y fríos, periodos secos y calurosos).
La madera en exposición exterior se produce fendas en la superficie así como alteración de su color natural por el efecto combinado del sol y los agentes atmosféricos, después de un periodo de tiempo indeterminado cualquier madera a la intemperie adquiere un tono más o menos grisáceo.